Madrid-Toledo-Aranjuez-Madrid: Breve análisis del recorrido y el material

 

No sé si a alguien le resultará interesante, pero como esto de escribir en el blog me entretiene y ejerce de importante mecanismo de evasión mental, me he decidido a publicar una pequeña entrada analizando el recorrido y el material utilizado en esta "irresponsable" ruta. Vamos allá.

EL RECORRIDO

Desde que me compré la bici de gravel, comenzó a rondar por mi cabeza la idea de hacer, de vez en cuando, rutas largas en un solo día, con más o menos el mismo espíritu de los viajes: pedalear con calma, ser autosuficiente, disfrutar del entorno y las localidades de paso, transitar mayoritariamente por caminos y carreteras secundarias…

Tras valorar diversas opciones para el estreno en esta “modalidad”, me decidí por una ruta que tenía el aliciente de pasar por dos puntos tan atractivos como Toledo y Aranjuez y que, además, encajaba en una época del año en la que ya anochece más pronto y no podía enredarme más de la cuenta con subidas imposibles o tramos de exploración.

Para diseñar el recorrido, partí de este track de Wikiloc y fui introduciendo algunas modificaciones. La principal, fue obligada, ya que al estar cortado un tramo del carril bici de San Martín de la Vega, tuve que trazar el camino de vuelta por otra zona. Para ello, me apoyé en otros tracks de Wikiloc y Koomot y en algo que me encanta, la exploración de caminos y zonas por Google Maps. Al final, creo que quedó un trayecto interesante, sin apenas tocar asfalto y por alguna zona curiosa…

Por lo demás, el barro condicionó un poco mis planes y me “obligó” a quitar un tramo que, intuí, igual resultaría complicado de atravesar. Fueron unos seis kilómetros de carretera extra hasta Bargas (en el track de Wikiloc que utilicé como base sí viene este tramo).

Toledo bien merece una tirada larga

En líneas generales, se trata de una ruta asequible. Su dureza reside en el kilometraje y el estado de algunos caminos, ya que tendremos que atravesar varios arenales y zonas que se embarran con facilidad. En cuanto a subidas, poca cosa: algún repecho puntual, una zona algo más rompepiernas antes, durante y después de Toledo y el tramo en tendencia ascendente, aunque sin grandes desniveles, desde Titulcia hasta Pinto. De hecho, a mí  lo que se me hizo más duro fue la zona de llano entre Algodor y Aranjuez.

Aunque se pasa por varias poblaciones, hay tramos largos sin posibilidad de recargar agua. Por eso, y por la casi completa ausencia de sombras, considero que es una ruta ideal para otoño, invierno  y principios de primavera. Con el calor, se puede hacer muy muy dura. No la recomendaría.

Por último, dejo por aquí la ruta que he subido a Wikiloc, por si alguien no tiene Strava y está interesado (ojo con el desnivel que marca, nada que ver con los 1.450 de Strava o los casi 1.400 de Koomot).

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EL MATERIAL

Ya que no quería parar a comer en ningún bar, me resultó necesario poner una de las bolsas de bikepacking para poder llevar un par de pequeños bocadillos, una bolsa con frutos secos y alguna barrita y gel extra y, de paso, meter la bomba que siempre suelo llevar en el bolsillo del maillot. Me decanté por la que va encima del cuadro, que tiene algo menos de 1l de capacidad. Al comienzo del día, iba cargada hasta los topes y, lógicamente, llegó casi vacía.

Además, decidí acoplar una pequeña bolsa con herramientas básicas en el manillar. Podía haber instalado el portabidones que va debajo del cuadro para meter en él un bote con todas ellas, pero me dio pereza y decidí probar con este sistema. En ella incluí parches extra, el punzón y las mechas para reparar posibles rajas en la cubierta, una cajita con clip de cadena y repuesto de válvulas y la multiherramienta. Las cámaras (dos) y desmontables iban en la pequeña bolsa debajo del sillín, ideal para salidas cortas, pero con escasa capacidad. Finalmente, en los bolsillos del maillot cargué con móvil, cartera, llaves de casa, barritas y geles, gafas de ver (soy miope y las necesito cuando me quito las de sol) y el chubasquero metido en su bolsa (buen paseo le di).

La bici, lista para la mini aventura

De vuelta a casa, la verdad es que no eché en falta nada ni tampoco sentí que fuera excesivamente cargado. Eso sí, creo que, para la próxima, haré el “esfuerzo” de colocar el tercer portabidones, porque tiene más capacidad que la bolsa que coloqué en el manillar.

Y poco más.  La experiencia me resultó muy divertida y creo que, de vez en cuando, sobre todo cuando tenga mono de viajes, me lanzaré a aprovechar días sueltos para hacer rutas más largas, en torno a los 200. ¡Salud y pedales!


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