Por el camino más largo, una ruta oportunista

Dicen que las oportunidades hay que aprovecharlas. Y eso es lo que voy a hacer. En principio, no tenía pensado retomar el bikepacking hasta octubre, pero las vacaciones de verano me han brindado una excelente ocasión para volver a cargar la bici y disfrutar del tipo de cicloturismo que más me gusta.

La ruta transcurrirá entre el 21 y 26 de agosto, seis días en los que uniré La Puebla de Híjar (Teruel) y Madrid “por el camino más largo”. Podía haber trazado una ruta más recta y rápida, pero la idea era sacar el máximo partido a los días, visitar zonas interesantes, rodar por caminos atractivos y carreteras solitarias, hacer bucles, perder el tiempo yendo y viniendo, disfrutar…

Como desconozco la inmensa mayoría de las zonas por la que discurre esta improvisada ruta, la he diseñado sin alardes, eludiendo zonas conflictivas y huyendo al máximo de posibles pateos. Quizá por eso, me va a deparar más kilómetros de asfalto de los que me hubiese gustado, pero también tengo claro que en las carreteras seleccionadas no va a haber problema alguno con el tráfico. Además, encontrar alojamiento a precio razonable también ha sido un condicionante.

Después de darle unas cuantas vueltas y de disfrutar como un enano diseñándolas, las seis etapas me han quedado así:

1-     LA PUEBLA DE HÍJAR – MONFORTE DE MOYUELA (91,2 km. y 1.440 m. de desnivel positivo). Etapa de contrastes:  las vegas del Río Martín, el paisaje árido de la comarca de las Cuencas Mineras, la Sima de San Pedro, el Barranco del Mortero, pueblos como Ariño, Oliete, Alacón, Muniesa o Huesa del Común…

 2-     MONFORTE DE MOYUELA – BELLO (102 k. y  1.330 m.): La curiosa carretera hasta Segura de los Baños (o eso parece en Google Maps), el puerto de Fonfría, el pantano de Lechago y el puente de Luco de Jiloca serán algunos de los alicientes antes de dar una vuelta por la Laguna de Gallocanta.

 3-     BELLO – BETETA (126 km. y 1.800 m.): La etapa más larga, dura y, creo, bonita de todo el recorrido. A partir de Molina de Aragón, me adentraré en el Alto Tajo para pedalear por la Hoz del Río Gallo y hacer algún tramo de la ya famosa ruta de Montañas Vacías, aunque en sentido contrario.

 4-    BETETA – SALMERÓN (84,4 km. y 1.120 m.): Por cuestiones de alojamientos, esta etapa quedará algo más corta y suave, pero no por ello menos interesante. La Laguna del Tobar , el tramo junto al río Escabas o la Hoz de Priego serán algunos de los alicientes.

 5-     SALMERÓN – PASTRANA (99,1 km. y 1.520 m.): Otro día de requiebros para pasar junto al Monasterio de Santa María de Monsalud, el dique de Pareja, el viaducto de Entrepeñas, pedalear junto al embalse o visitar el Santuario de la Virgen del Madroñal.

 6-     PASTRANA – MADRID (112 km. y 840 m.): Última jornada de pedaleo. Si el cansancio no hace mella, intentaré disfrutar de un trazado que discurrirá, en parte, por la Vía Verde del Tajuña o la Senda del Tren de los 40 días y que se acercará a Madrid siguiendo el curso del río Manzanares.

Como en Rumbo al norte, mi idea es ir dando buena cuenta de las etapas por Twitter y luego ya, con más calma, ir publicando por aquí las crónicas de las etapas cuando regrese. Han sido unas meses complicados y pensar y preparar esta ruta ha sido, en muchos momentos, una sensacional válvula de escape. Si tengo un mínimo de suerte, creo que va a ser un viaje para el recuerdo. Ojalá.