Por el camino más largo (Día 3): Bello - Beteta


"En líneas generales, acierto y me equivoco. En líneas generales, me equivoco y acierto, y los años van pasando. A veces me equivoco mucho. A veces, la verdad, no acierto nada". FERNANDO ARAMBURU - Autorretrato sin mí (2018)

02:00 de la madrugada. Me despierto con el cuerpo en llamas. En algún momento de la aún naciente noche, la ventana por la que entraba algo de aire fresco se ha cerrado de golpe y la habitación se ha convertido en un horno. No estoy sudando, pero siento un tremendo calor interno, un inquietante hormigueo que me hace saltar de la cama y salir pitando hacia la ducha. El agua, casi helada, rebaja mi temperatura, así que, tras abrir la ventana y asegurarme de que no se volverá a cerrar, regreso a la cama con la intención de descansar unas horas más.

"I’ve found you at the station where no one is aware.
I forgot about myself, forgot that I was late.
I remember how you used to sit alone and wait.
The hidden smile of red, the smoulder of your face
".

La mala noche se completa con un pésimo desayuno. Por culpa del ciclón Fiestas patronales, pero también por mi mala planificación en este sentido, debo conformarme con un pequeño montado de queso y una barrita. La escasez, de la que ya era consciente la noche anterior, me lleva a supeditar mi plan inicial a la posibilidad de encontrar abierto el bar que, se supone, hay en Campillo de Dueñas, a unos 20 kilómetros de distancia.

Lorenzo asoma la cabeza

Afortunadamente, el trayecto hasta la localidad no conlleva grandes subidas ni dificultades y, pese al repecho final, me presento en su plaza con las fuerzas intactas. Como intuía, por lo vivido hasta ahora, el bar está cerrado. Pregunto a un vecino y me dice que, como son fiestas, seguro que  ayer cerraron tarde y no abrirán hasta mediodía… Cierto, las mesas están repletas de vasos y botellines,  síntoma inequívoco de que los dueños salieron de allí corriendo a última hora sin mirar atrás.

Asumido el varapalo, cancelo muy a mi pesar el bucle que me iba a llevar a visitar el Castillo de Zafra. Tiene poco más de 12 kilómetros, pero presenta las suficientes subidas y tramos complicados como para apurar mi reserva y condicionarme el resto de una jornada que se antoja larga y calurosa. Me voy directo a Molina de Aragón por asfalto, no queda otra.

"Burn slow,

my love is real,

my love is yours!

 

Burn slow,

forever heat,

forever love!

 

I hope you won’t need another ..." 


Patatas onduladas, rumbo a Molina de Aragón

Tras recorrer otros 20 kilómetros por una carretera ondulada, vislumbro al fin el imponente castillo de la localidad y pongo fin a mi inquietud. Relleno el depósito con un bocadillo y un café, compro agua y comida abundante en un súper y prosigo la marcha con energías renovadas, mi cabeza enredada en un viejo tema de la Creedence Clearwater Revival  y la emoción de tener ya a un paso el tramo de la ruta que más deseaba recorrer.

Una sombra, una carretera y un castillo

Parada obligatoria

Los próximos kilómetros serán sencillamente maravillosos. La escénica, sombría y amable Hoz del Río Gallo; la serpenteante pista hasta la CM-2015; la bellísima entrada en la zona del Alto Tajo, y el largo tramo a la vera del río volverán a disparar mis emociones. Sí, sigue haciendo un calor de muerte, pero entre las sombras reinantes y los paisajes, avanzo ensimismado y feliz. La pura esencia de viajar en bici. 

Ermita de la Virgen de la Hoz
El lujo de rodar por la sombra


Paredes de roca a la vera del Tajo
¡Qué lugar, por favor, qué lugar!

Cuando intuyo que el trayecto junto al Tajo está cerca de concluir, me detengo en un pequeño merendero, me preparo un pequeño bocata y descanso durante unos minutos con la idea de saborear un lugar al que me prometo volver en cuanto pueda. No sé si es porque tengo mala memoria o porque no he visto gran cosa, pero siento que estoy en un lugar absolutamente mágico.

"I’ve found you at the station looking like a stranger, there was something in your head!
The strangest situation I never lived in Silence Square.
Such a gorgeous sight seeing you in the night standing there.
People moving together, they look like they were dead!"

Dan ganas de tirarse de cabeza

Al poco de reanudar la marcha, me topo con una fuente por la que brota un agua fresquísima. Relleno botes, me refresco y asumo que, en breve, se acabará lo bueno y tocará sufrir. Hasta la carretera que trepa hasta Poveda de la Sierra, me cruzo con varios camiones que están acondicionando un tramo del río. Uno de ellos, me pasa realmente cerca y a gran velocidad, hasta el punto de  casi lanzarme fuera del camino. Tras detenerme a tiempo, dedico los siguientes segundos a insultar sin pudor a su conductor. Intuyo que no me oyó, pero confío en que, a estas alturas, los oídos aún le sigan pitando.

Este encontronazo será el preludio de un final de etapa terrible. Me quedan 15 kilómetros hasta Beteta, todos por asfalto y con unas cuestas categoría SPM. El porcentaje del desnivel se dispara por encima del doble digito en varias ocasiones y esa pendiente, sumada a los 38-39 grados que marca el termómetro, convierte este tramo en el más duro de toda la aventura.

Un lugar al que volver una y mil veces

A mitad de subida, paro en Poveda a recargar agua y descansar mínimamente. Después, continúo ardiendo lentamente y retorciéndome sin rubor hasta coronar el eterno repecho. Creo que es difícil subirlo más despacio de lo que yo lo subí…

Una última y necesaria parada

En esto del cicloturismo, nunca hay que confiarse. A veces parece todo bajada, pero siempre queda lo que yo llamo una bola extra. Un último repecho. Un último escollo colocado allí, en mitad de ninguna parte, por el mismísimo Satán. Y sí, esta vez tampoco fue una excepción. Para alcanzar el hostal, una rampa corta y durísima. La subo haciendo eses, en sentido literal, apurando el carné de ciclista. Llego tan cocido que, al bajarme de la bici, siento un ligero mareo que me obliga a sentarme a la sombra. El calor, con perdón, el puto calor. No hay quien lo aguante.

"Burn slow,
my love is real
my love is yours!

Burn slow,
forever heat,
forever love!

I hope you won’t need another ..."

Por la tarde, tras tomar posesión de mi habitación y comer, hago un esfuerzo por dar una vuelta y sentarme en una terraza, pero Lorenzo no da tregua. No compensa estar en la calle. Además, al regresar al hostal, localizo un ventilador y logro mantener la habitación con una temperatura soportable. Será entonces cuando, ya sí, pueda hacer balance de una jornada que ha vuelto a depararme todo tipo de emociones  y que ha supuesto alcanzar el ecuador del viaje. De piernas sigo bien, y tengo claro que, sin el calor, no habría recortado ni un milímetro. Pero bueno, lo importante es que el cuerpo responde y me quedan fuerzas de sobra para disfrutar las tres etapas que me quedan.

"Burn slow,
my love is real
my love is yours!

Burn slow,
forever heat,
forever love!"

                                                                 (SEXY SADIE - Burn slow) 

ALGUNOS DATOS:

- Distancia: 117.37 km.

- Desnivel acumulado: 1.426 m.

- Velocidad media: 19,3 km./h.

- Velocidad máxima: 60,4  km./h.

- Tiempo total de pedaleo: 6h 04' 44"

- Hora de salida: 06:58 

- Hora de llegada: 15:03

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