Madrid - Guadalajara - Madrid: Análisis de recorrido y material y algunas fotos


No puede haber ruta sin su análisis, así que vamos a ello. Además, así aprovecho para subir algunas fotos que no había metido en la crónica.

EL RECORRIDO

Para diseñar los recorridos, suelo empezar siempre echando un vistazo a tracks ya existentes. De esta forma, me voy haciendo a la idea de los lugares comunes y de aquellos que, tal vez, conviene evitar. En esta ocasión, me apoyé en un par de ellos para gestionar la salida de Madrid y los grandes núcleos urbanos de los alrededores y aclarar un par de tramos que me ofrecían dudas. Más allá de eso, puedo decir que el diseño de esta ruta salió casi en su totalidad del puntero de mi ratón.

En líneas generales, el recorrido me dejó un excelente sabor de boca. Desde Torrejón de Ardoz, la ruta se aleja del asfalto y dibuja un trazado por pistas y caminos que sorprende por su variedad y por unos paisajes mucho más interesantes de lo que puede parecer. Además, permite disfrutar del impresionante Palacio del Infantado, santo y seña de Guadalajara, y conocer algunos pueblos interesantes como Torres de la Alameda, Los Santos de la Humosa, Torrejón del Rey o Daganzo de Arriba.  Otra zona que me encantó fue la previa a Chiloeches y, en especial, la bajada en la que se puede contemplar los restos del castillo.

Plaza Consistorial de Torrejón del Rey, un lugar ideal para hacer una breve parada

Físicamente, se trata de un recorrido exigente por la distancia y el desnivel acumulado (se superan los 2.000 m.). Cierto es que no hay puertos ni cuestas eternas, pero sí largos tramos en clara tendencia ascendente y algún que otro repecho endiablado (en la circunvalación de Corpa, antes de llegar a Guadalajara, a la salida de Ribatejada, camino de Daganzo o para llegar a Paracuellos de Jarama).

Mi querida, con el Corredor del Henares a sus pies (o ruedas)

A nivel técnico, la ruta apenas ofrece dificultades. Como siempre, hay tramos puntuales en los que es posible que, sobre una bici de gravel, tengamos que echar pie a tierra, pero no son significativos.  A mí, se me atragantó un poco el sector de Sotolargo, pero fue más por la acumulación de barro y los arroyos desbordados. También pené un poco llegando a Daganzo, por la cantidad de piedras en algunas zonas, pero es un tramo favorable y visualmente bastante agradable.

Llegando a Paracuellos de Jarama. Por aquí aún no se divisa su temible carril bici

En realidad, solo variaría una parte, la de La Moraleja. Creo que es casi mejor añadir 2-3 kilómetros para rodear el barrio por caminos que atravesarlo. Hay cuestas y un insospechado y maleducado tráfico. También influye que yo iba ya con el depósito en la reserva y cualquier circunstancia se me hacía bola…

Lo que sí tengo muy claro es que es una ruta que no debe realizarse ni en épocas de mucho barro ni en las que predominen las altas temperaturas. Yo la hice en enero y después de más de una semana sin lluvia y pasé calor al mediodía y llegué a casa con barro hasta en las orejas.

EL MATERIAL

Con respecto a mi anterior ruta larga, el principal cambio fue prescindir de la pequeña bolsa que va sobre la barra superior del cuadro para apostar por la de manillar. Fue un acierto. Por su forma y capacidad, me resultó más que suficiente para meter en ella el repuesto y el pequeño kit de herramientas, la comida, el cargador del móvil y las gafas de ver. Además, no molesta nada al pedalear ni hace sentir la bicicleta más pesada.

Curioso mural en Paracuellos de Jarama

Mi gran fallo fue no haber cargado con una power bank. Mi móvil y mi GPS ya van tirando a viejos y su batería no da para mucho. La del teléfono la pude racionar mejor y, además, me llevé el cargador por si tenía que realizar alguna parada de urgencia en un bar. La del Garmin, en cambio, solo pude conservarla aplicando el modo de bajo consumo, que implica tener apagada la pantalla durante gran parte del tiempo.

Por cierto, para esta larga jornada de pedaleo me confeccioné un pequeño rutómetro que me resultó súper útil. Saber la distancia hasta el siguiente pueblo o punto de paso o conocer, más o menos, el tipo de perfil que me espera me ayudó a gestionar mejor los esfuerzos y a ir planificando la ruta en base a pequeños hitos. Para repetir.

El rutómetro, con sus errores de cálculo,...
...que para algo somos de letras

Como siempre, estoy abierto a preguntas, sugerencias y comentarios. Ahora, toca esperar hasta finales de marzo o principios de abril para la siguiente aventura. ¡Salud y pedales!

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