Viñas y cuestas (Día 3): Pamplona - Arbizu

“La mejor terapia para el ánimo sombrío es que no te dejen un segundo para regodearte en él”. LORENZO SILVA -  El mal de Corcira (2020)

Parece distinto. No sé si será porque la temperatura en Pamplona a duras penas ha superado los 20 grados en las últimas horas,  por el helado y la pizza (sin gluten) que me comí ayer, por haber dormido bastante bien o por las ganas que tengo de circular por la sierra de Aralar, pero lo cierto es que, cuando doy el pistoletazo de salida al tercer día de esta aventura, siento mi cabeza, al fin, muchísimo más despejada.

Preparado para correr mi particular encierro

"Can you feel my heart?
You have it in your hands.
How do you hear me talking all my trash?"

Por si fuera poco, los primeros compases de la jornada me van a deparar un segundo, tranquilo y singular paseo por la capital navarra. Sin apenas gente por las calles, corro mi particular encierro, doblo la curva de Estafeta, me entretengo tirando unas fotos desde los jardines de la Taconera y acabo saliendo de la ciudad sin ningún tipo de agobio, circulando mayoritariamente por carriles bici bien pensados y conectados. Lo dicho, ¡viva San Fermín!

La mítica curva de Estafeta

Espectacular amanecer desde los jardines de La Taconera

Al fondo, las montañas que me esperan

Con Aralar en lontananza, avanzó por el Camino Natural del Plazaola, una vía verde diseñada sobre el antiguo trazado del ferrocarril de vía estrecha que unía Navarra con Guipuzcoa. Al principio, se suceden las clásicas y monótonas rectas de este tipo de infraestructuras, pero a medida que me acerco a las montañas, el camino empieza a ofrecer ligeros cambios de rumbo y diversas ondulaciones que contribuyen a seguir levantando mi ánimo. Además, sigue sin hacer nada calor y lo que se percibe al fondo es una niebla que, intuyo, será capaz de mantener a Lorenzo a raya.

Primeras rectas en la vía verde del Plazaola

Rumbo a la sierra de Aralar

"Do you like my ways?
Do you still love my face?
Do you think it's dreadful when I say..."

Otra vía verde agradecida, de las que me gustan

Tras rozar Irurzun y Latasa y gozar en los tramos en los que la vía discurre paralela al río Larraun, alcanzo la localidad de Lekunberri. Allí, en el bar que han instalado en la estación, realizo el segundo desayuno del día y me preparo para encarar el plato fuerte de la jornada, el ascenso hasta el Santuario de San Miguel de Aralar.

Puente sobre el río Larraun, a un paso de Latasa

Cascada de Ixkier, otro rinconazo del camino natural del Plazaola

Estación de Lekunberri. Parada y fonda

La subida, de unos 16 kilómetros, alterna tramos exigentes para un bici cargada, con otros en los que se avanza con una cierta soltura. Por ello, por los oportunos descansos, pero también por mi ánimo renovado y por el hecho de que la carretera serpentea por un paisaje verde y húmedo, logro completar la escalada con suficiencia. Además, en la cima, desde la que se contemplan unas vistas magníficas, el termómetro se mueve en torno a los 15 grados.  Qué más se puede pedir.

Verde y muuuy tranquila. La preciosa subida a San Miguel de Aralar

"I think of you often.
Have you forgotten
The way you looked at me
When we met?"

El santuario de San Miguel de Aralar

Buenas vistas desde la cima

Consciente de que aún queda una segunda subida de cierta entidad por mitad del monte, aprovecho la parada para comer algo y caminar un poquito por el alto para descargar las piernas. Acto seguido, deshago los tres últimos kilómetros subidos y tomo una pista que me conducirá hasta el paraje conocido como Igaratza. En su primera parte, el camino presenta tramos pedregosos y un desnivel asequible. Tras un descanso, el asunto se va endureciendo hasta dar con un rampón final inasequible para un bici con equipaje (y diría que hasta casi sin ella). Eso sí, se trata de un empajubike corto que, en ningún caso, desmerece ni lo ciclado hasta ese momento ni las es-pec-ta-cu-la-res vistas que desde allí se contemplan.

Pistas guapas, rumbo a Igaratza

Por aquí, cualquier rincón tiene su encanto

Comienza el recital de panorámicas

Aunque, por mi experiencia, no me fío en absoluto de esos perfiles que invitan a pensar que todo lo que queda ya es bajada, la realidad es que no puedo evitar sentir un evidente alivio al constatar que ya he superado la parte dura de una jornada que, además, tiene como premio el pasar la tarde-noche en un hostal en el que, por primera y única vez en todo el viaje, no tendré que compartir baño.

Deleitándome con las vistas antes de emprender la bajada

"Do you think I'm dreamy?
Or do you mean scared?
How much are you saving? You're so brave".

Un lugar mágico, para el recuerdo

Gracias a ese pequeño ataque de cautela, digiero sin problemas un primer tramo de sujetabike. De entrada, me había animado a bajarlo montado, pero tras constatar que las opciones de besar el suelo crecen de forma proporcional a la velocidad que voy cogiendo, opto por detener la bici aprovechando un ligero talud lateral y terminar el descenso andando (en la imagen de portada se atisba, aunque tímidamente, la inclinación del camino).

Gracias también a esa prudencia con la que había decidido tomarme esta parte, acepto que por allí, en mitad de un tramo que el perfil dice que estodobajada, aparezca algún que otro pequeño rampón y que el firme se vuelva cada vez más irregular y pedregoso. Además, poco a poco me empiezo a cruzar con senderistas y ciclistas, lo que me lleva a pensar que lo que queda hasta el embalse de Lareo no será muy difícil… Jajajajajajaaja.

Estodobajada

"How to talk to the deaf?
And how to talk in bed?
How long to realize that makes no sense?"

En un determinado momento, el track, pintado por aquí por recomendación de un simpático usuario de Koomot, me invita a abandonar la pista principal y tomar un sendero que además de internarse entre una vegetación muy tupida, obliga a cruzar varias ciénagas y arroyos, superar pasos rocosos y dejar atrás un sinfín de obstáculos que, en consecuencia, me obligan a darle de nuevo al empujing.

Cuando ya me hago la idea de que no debe quedar mucho para alcanzar el embalse, el sendero desemboca en un inmenso pedregal al que no se atisba fin. Miro una y otra vez el gps y el móvil buscando un error de orientación, pero no, hay que bajar por ahí… Con los pies calados y las rocas brillantes, desciendo literalmente haciendo equilibrios, surfeando un mar de rocas que debieron ser colocadas allí, todas juntas y apiñadas, por el mismísimo diablo.

Pedregal infame

"I think of you often.
Have you forgotten
The way you looked at me
When we met?"

Con una risa floja y tras un periodo de tiempo que me resultó eterno, alcanzo al fin un camino como Dios manda, con su gravilla y su hierba en la zona intermedia, con su poquito de complicación, pero cien por cien ciclable. De esta forma digo adiós a un tramo que, ojo, forma parte, y para colmo en sentido ascendente, de una emblemática prueba de ultraciclismo, Basajaun. En este vídeo del gran Pillu Machine puede constatarse a la perfección (en torno  a los 3'30¨).

Visto lo visto, aprovecho la presencia de unos senderistas para consultarles por el sector de sendero que aún me resta hasta el puerto de Lizarrusti. Muy amablemente, me indican que es un tramo con algún paso complicado, pero que, en líneas generales, puede bajarse sin grandes problemas. Y sí, la realidad es esa, que hay que echar el pie a tierra dos o tres veces, pero que también hay partes ciclables y, sobre todo, espectaculares.

¡El embalse de Lareo! Al fin

"May I ask a question?
But take in its sense.
Can I touch your nape? It won't hurt".

De camino al puerto de Lizarrusti. Esto ya es otra cosa

No todo van a ser piedras

Para compensar, un senderazo

Desde el citado puerto hasta Arbizu, pueblo donde daré por concluida la etapa, sólo me queda disfrutar de un largo descenso en el que, de repente, comienza a surgir todo el calor del que me he librado hasta ahora. Sin problema, el hostal en el que me voy a alojar, el Izar Ondo, dispone de habitaciones con aire acondicionado y un restaurante excepcional en el que comeré y cenaré de lujo. Por si fuera poco, su simpática recepcionista me da todo tipo de facilidades para limpiar la bici y poder poner fin así a una jornada fantástica. Esto marcha.

Llegando a Arbizu. Hoy tengo baño para mí sólo 🥳

"Inside of me
Is easy to see,
When you find it out
Please show it to me".

(The Sunday Drivers – Often)

ALGUNOS DATOS

- Distancia: 83,33 km.

- Desnivel acumulado: 1.572 m.

- Velocidad media: 16,2 km/h

- Velocidad máxima: 58,2  km/h

- Tiempo total de pedaleo: 5h 08' 24"

- Hora de salida: 07:12  

- Hora de llegada: 13:46






Comentarios

  1. No sé para que llevas bici. Lo que te gusta andar 😜 Y pararte a hacer fotos, aunque esto lo agradecemos y comprobamos como te vas superando cada viaje.

    Por cierto, la del pedregal me transporta al mundo de El Señor de los Anillos, y a ti, lógicamente, te imagino en plan Frodo. Y 'la que no debe ser nombrada', Sam.

    Esperando el desenlace.

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    Respuestas
    1. Odio lo de empujar, la verdad, pero me viene bien ir cogiendo experiencia...

      La verdad es que el pedregal, como paisaje era precioso... Sólo faltaba Gollum entonces 😅

      Mañana mismo, la penúltima etapa. Y yo creo que para la semana que viene, damos carpetazo 😉

      ¡Un abrazo!

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  2. Joder, 83 Km que no tienen desperdicio con mención especial para el paraje de Igaratza, me ha encantado.
    Leyendo tu crónica se nota mucho que disfrutaste la ruta una barbaridad (piedras incluidas) y me ha evocado mis buenas jornadas con la BTT.
    Supongo que aún quedará una etapa....esperando también el desenlace...

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    Respuestas
    1. Fue un día muy intenso, quizá el más bonito del viaje a nivel paisajístico. La Sierra de Aralar, un espectáculo.

      Y aún quedan dos etapas por contar, porque tenía cinco días y me dio tiempo a dar todavía alguna vuelta más antes de volver a Santo Domingo de la Calzada. 😉

      Muchas gracias por comentar.
      ¡Un abrazo!

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