Otoño en vena (Día 1): Madrid - Fresno de Cantespino

"El vivir sólo es soñar; y la experiencia me enseña que el hombre que vive, sueña lo que es, hasta despertar". PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA – La vida es sueño (1635)

Mi primer gran sueño ciclista fue subir el puerto de la Fuenfría. De hecho, casi siempre que paso por allí,  recuerdo la satisfacción que me produjo alcanzar su cima en una mañana de espesa niebla… Ni la bici (un hierro sin suspensión alguna) ni el atuendo eran los más adecuados, pero la sonrisa que se dibujó en mi cara al coronar sí que fue tope de gama.

Superado este reto, comenzaron a surgir otros, la mayoría relacionados con ascender puertos o pedalear  un número determinado de kilómetros, pero también con poder realizar viajes de varios días por lugares desconocidos. Y sí, por momentos también se despertó en mí el gusanillo de las marchas y las carreras, pero fue aplastado sin miramientos por mi escasa capacidad competitiva y la sensación de que no pintaba nada en eventos donde hay gente que lanza basura al suelo, realiza maniobras peligrosas o se pasa a la torera cualquier norma de tráfico.

Aunque los sueños de subir puertos o hacer viajes están más vivos que nunca, hace poco se añadió a la lista uno inesperado. Trasteando por YouTube, di con algún que otro vídeo de un par de pruebas de lo que ahora se llama ultraciclismo. Aunque hay gente que se lo toma en plan competitivo, ambos eventos simplemente proponen completar un largo y, creo, bello recorrido en un determinado número de días. Sin ayuda externa, en modo de total autosuficiencia. Y así, de repente, viendo las peripecias de unos y otros fue como se desataron las ganas de poder participar, algún día, en The Capitals o Badlands.

Listo para salir, con el Palacio Real como testigo

Cuento todo esto porque la ruta de bikepacking a la que harán alusión esta y las dos próximas entradas tuvo mucho que ver con la idea de ir viendo qué tal responde mi cuerpo a las largas jornadas de pedaleo. Y es que, como disponía de unos días de vacaciones y contaba con el consecuente “permiso” familiar, decidí aprovechar la oportunidad para acumular kilómetros e ir constatando hasta qué punto es viable poder plantearme una futura participación en las citadas rutas.

Esta larga intro me sirve además de excusa para acortar un poco el inicio de la crónica del primer día y saltarme la somera descripción de un primer tramo que, por haberlo rodado cientos de veces, me resultó un simple trámite. De hecho, hasta que no me vi ya fuera del carril bici de Colmenar, no comencé a sentir que estaba inmerso en una nueva aventura. Hasta entonces, me limité a rodar muy tranquilo, tarareando una de las canciones “más infravaloradas de Oasis” (lo pongo entre comillas, porque, pese a estar totalmente de acuerdo, se lo leí esa misma mañana a alguien en Twitter mientras desayunaba).

"Listen up
What's the time said today
I'm gonna speak my mind
Take me up to the top of the world
I want to see my crime"

Tras despedirme de la vía ciclista, superar el cerro de San Pedro y dejar atrás Guadalix de la Sierra y Navalafuente, sigo un par de caminos que me llevarán hasta La Cabrera. Como los había transitado ya en Rumbo al Norte, ciclo por ellos con la tranquilidad de saber que no ofrecerán grandes problemas y con la idea de ir ya deleitándome con un entorno en el que el otoño ha comenzado a coger fuerza.

El cerro de San Pedro, una pequeña ondulación de la Comunidad de Madrid

Caminos de hojas, rumbo a La Cabrera

Precisamente ese, el de disfrutar de la mejor estación del año, fue otro de los motivos que me llevaron a diseñar el recorrido por esta zona y a dejar en el tintero posibles escapadas hacia la zona de Castilla La Mancha. Fue un acierto total y absoluto, porque la ruta me brindó postales de una belleza casi inigualable.

Tiempo de setas

"Day by day
There's a man in a suit
Who's gonna make you pay
For the thoughts that you think
And the words they won't let you say"

Al salir de La Cabrera, me despido del track que seguí en Rumbo al norte y atajo en dirección a Sieteiglesias por un camino que, tras circular en paralelo a la A1, gira a derechas y alcanza sin mayor dificultad la citada localidad. Por aquí, ya se atisba en el horizonte el gran obstáculo del día, un puerto de Somosierra que franquea el paso hacia mi destino final, la pequeña localidad segoviana de Fresno de Cantespino.

Coleccionando postales, camino de Sieteigleisas

A la salida del citado pueblo, me detengo a degustar un pequeño sándwich, porque, pese a solo llevar unos 60 kilómetros, la idea es ir alimentándome en pequeñas cantidades para no tener que realizar posteriormente paradas muy largas para comer. En la bolsa delantera llevo todo lo necesario para pasar este día sin agobio alguno.

"One fine day
Gonna leave you all behind
It wouldn't be so bad
If I had more time"

Cerrada la breve pausa, encaro un tramo que, por su pinta en Google Maps, me resultaba inquietante. Sobre el terreno, se confirma que hay zonas de senda poco marcada y algún paso pedregoso, pero la realidad es que llego a Navas de Buitrago sin mayor problema y  que, mucho antes de lo previsto, regreso al asfalto, dejo atrás Mangirón y alcanzo Buitrago de Lozoya.

Iglesia de Santa María del Castillo, Buitrago de Lozoya (Madrid)

En este bello pueblo, decido parar a tomar un Aquarius y saciar mi anhelo de comer un pincho de tortilla. Mira que hay bares, pues elijo uno que no tiene y en el que me ofrecen una carta de raciones con precios abusivos. Decepcionado, vacío el vaso a toda prisa, reemprendo la marcha  y me conformó con engullir una barrita…

Saliendo de Buitrago, sin tortilla...

"Sailing down a river alone
I've been tryin' to find my way back home
But I don't believe in magic
Life is automatic
But I don't mind being on my own
No I don't mind being on my own"

Aunque la tendencia de la ruta ya era claramente ascendente, se puede decir que desde Buitrago comienza, más o menos, la ascensión hacia Somosierra. El trayecto dibujado alterna carretera y caminos hasta llegar a La Acebeda y, una vez allí, enfila un tramo de pista de asfalto al borde de la extinción que desemboca en Robregordo. Ya he subido por ella varias veces, pero me sigue resultando un rincón realmente mágico.

El ascenso a Robregordo depara rincones curiosos...

Y algunas vistas fantásticas

Finalmente, tras un tramo por la Nacional 1, alcanzo la cima del puerto. Las sensaciones son buenas, pero como todavía queda mucha tela que cortar por terrenos para mí desconocidos, paro en un bar que se encuentra justo en lo alto y saldo, al fin, mi deuda con la tortilla de patata.

Puerto coronado...

¡Y tortilla encontrada!

"Listen up
What's the time said today
I'm gonna speak my mind
Take me up to the top of the world
I want to see my crime"

Con ánimos renovados y el estómago en calma, encaro la bajada por lo que otrora fue la continuación de la Nacional 1. Tras unos kilómetros, el asfalto desaparece y da paso a una pista que, poco más adelante, tras cruzar una barrera, gira bruscamente para adentrarse en el pinar. En este punto, me despido de ella y tomo un camino poco marcado que sigue descendiendo en paralelo a la A1. En su inicio, el sendero mete miedo con sus lodazales, socavones, raíces y palos atravesados, pero poco a poco se va volviendo amable hasta recuperar su condición de pista. Por ella, llegaré sin mayor problema alguno hasta Santo Tomé del Puerto.

Camino poco marcado, diversión garantizada

Al fondo queda ya el puerto de Somosierra

Desde esta localidad segoviana, arranca el tramo que más respeto me infundía del día. Hasta Riaza, se van a suceder los caminos tirando a pedregosos, las sendas poco marcadas y los rampones. El trayecto, que a ratos coincide con la Cañada Real Soriana Occidental, ratonea por las faldas de la sierra y pone a prueba mi resistencia. En las bajadas, hay que extremar la prudencia y en las subidas… y en las subidas, simplemente, meter todo el desarrollo, apretar el culo y sobrevivir.

Faldeando la sierra, rumbo a Riaza

"Day by day
There's a man in a suit
Who's gonna make you pay
For the thoughts that you think
And the words they won't let you say"

Contra todo pronóstico, me sitúo a las puertas de Riaza con el contador de pateos todavía a cero y la sensación de que la adrenalina del primer día está haciendo su efecto. Voy ya cortito de fuerzas, pero el cuerpo no emite por ahora síntoma alguno de debilidad.

En esta coqueta población, paro en el supermercado a realizar una pequeña compra, ya que en el albergue en el que pasaré la noche hay cocina y mi idea es prepárame allí tanto la cena como el desayuno del día siguiente. Cuando reemprendo la marcha, aunque voy cargado con una mochila en la que he metido los productos adquiridos, lo hago con una sonrisa, porque sé que los 12 kilómetros que me restan son por asfalto y tienen una clara tendencia descendente.

"One fine day
Gonna leave you all behind
Wouldn't be so bad
If I had more time"

Pues ya estamos en Fresno de Cantespino

Y así, en un periquete, me presento al fin en Fresno de Cantespino. El pueblo me recibe con el último repecho del día y una tranquilidad abrumadora. No son ni las 18:30, así que dispongo de tiempo más que de sobra para instalarme, asearme y recuperarme de los casi 152 kilómetros de esta primera etapa. Por el momento, todo va diría que hasta mejor de lo previsto, pero soy consciente de que el reto no ha hecho más que comenzar.

Iglesia de San Nicolás de Bari, Fresno de Cantespino (Segovia)

"Sailing down a river alone
I've been tryin' to find my way back home
But I don't believe in magic
Life is automatic
But I don't mind being on my own
No I don't mind being on my own
No I don't mind being on my own
I said that I don't mind being on my own"

(OASIS – Listen up)

ALGUNOS DATOS

- Distancia: 151,65 km. 

- Desnivel acumulado: 2.371 m.

- Velocidad media: 18,7 km/h

- Velocidad máxima: 67,9  km/h

- Tiempo total de pedaleo: 8h 07' 33"

- Hora de salida: 08:36  

- Hora de llegada: 18:28

Comentarios

  1. Ando tan liado estos días que acabo de leer tu comentario...

    Ultragloberismo, más bien.

    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Popular Posts

Madrid-Toledo-Aranjuez-Madrid: Breve análisis del recorrido y el material

Por tierras del Ebro, una ruta hecha a medida

Por tierras del Ebro (Día 2): Medina de Pomar - Cilleruelo de Bezana