Rumbo al este: Ni una ruta sin su análisis de recorrido y material

Tenía pendiente el breve y clásico análisis de la última ruta y no me voy a quedar con las ganas. Vamos con ello. Seré breve.

EL RECORRIDO

Cuando me decidí a volver a esto de viajar en bici, me planteé un pequeño reto: el de realizar cuatro rutas que uniesen Madrid con los extremos de la comunidad. Mi idea original era diseñar escapadas de dos días y medio, de viernes a domingo a mediodía, para así poder visitar diferentes zonas y dar los rodeos que tanto me gustan.

El problema es que la experiencia de Rumbo al norte fue tan placentera que, como cabía esperar, comencé a fantasear con otros pequeños viajes un poco más allá de los límites de la comunidad… Por eso, consciente de que, por falta de tiempo, este proyecto podía quedarse por el camino, decidí variar el planteamiento e intentar encajar los tres trayectos restantes en un solo día de pedaleo.

Entre los extremos este, oeste y sur, me decanté esta vez por ir hasta el primero, porque el segundo resulta muy exigente y tal vez haya que dedicarle dos días, y porque para llegar hasta el tercero tenía que transitar por zonas que, no hace mucho, ya había recorrido durante la Madrid-Toledo-Aranjuez-Madrid.

Bajada de La Marañosa, el "coloso" del sur

Escogido el destino, diseñé la ruta con el mismo espíritu de siempre y la verdad es que, una vez más, volví a casa muy satisfecho. El track discurre, en su mayoría, por caminos aptos para recorrer en una bici de gravel. Tan solo hay un tramo delicado: el descenso hasta Loeches. No digo que no se pueda bajar montado, pero hay zonas en las que hay correr un riesgo excesivo si tenemos en cuenta el cansancio acumulado y lo que queda. Por lo demás, aunque siempre hay algún sector con piedras mal colocadas, no llegan a ser especialmente significativos.

En cuanto a la exigencia física, yo la colocaría en media-alta. Lógicamente, hay que tener en cuenta que la acumulación de kilómetros puede llegar a convertir cualquier subida en un muro, pero no hay zonas agónicas. De hecho, a mí, una vez más, se me hizo mucho más bola el tramo final de llaneo hasta el Parque Lineal del Manzanares que los ascensos previos. En cualquier caso, por afinar un poco, diría que las zonas más duras son el largo tramo desde Estremera hasta pasado Valdaracete (unos 13 kilómetros de constante ascenso) y la salida de Tielmes (tres kilómetros de bonita subida).

Iglesia de San Andrés (Fuentidueña de Tajo)

Visualmente, es un recorrido muy interesante. Se pasa por pueblos muy atractivos como Chinchón, Colmenar de Oreja, Fuentidueña de Tajo o Loeches y se circula por zonas de campos infinitos; junto a tres ríos (Manzanares, Jarama y Tajuña) y varias lagunas (las de Velilla de San Antonio); por lugares cargados de historia (la Vía Negrín o el Kit Conway memorial cairn), y por, en general, zonas con excelentes vistas. Eso sí, no hay apenas sombras, por lo que entiendo que es una ruta ideal para otoño, invierno y principios de primavera. En verano, puede resultar tan infernal como en épocas de lluvia, porque, en amplias zonas, el terreno es proclive al lodazal…

Túneles con historia en la Vía Negrín

EL MATERIAL

En esta ocasión, además de la bolsa delantera, en la que metí el kit básico de herramientas, toda la comida del día y las gafas de ver, coloqué una pequeña bolsa en la parte superior del cuadro. En ella, incluí la power bank y así me aseguré de no andar con los racionamientos de móvil y GPS como otras veces. Cierto es que añades peso, pero también que ganas en tranquilidad y más aún sí, como es el caso, tus dispositivos tienen ya sus años y las baterías andan de capa caída.

Mi querida, en Chinchón, con sus dos bolsas

Y bueno, ya que me condicionó la jornada, es justo hablar aquí de una desventaja del cambio electrónico de la bicicleta. Ninguna queja con el funcionamiento y el tacto, que es sencillamente una delicia, pero ojo con las pilas y las baterías. Hay que asegurarse bien de que estén todas en buenas condiciones y llevar repuesto. Visto así, reconozco que no es lo más adecuado para este tipo de ciclismo autosuficiente, porque, al final, implica estar pendiente de más cosas…

Campos infinitos, camino de Campo Real

Poco más. Bueno sí, que volví a confeccionarme un pequeño rutómetro que me resultó súper útil. Quizá, para rutas de varios días en las que no hay necesidad de hacer tantos kilómetros es prescindible, pero para días así, resulta muy valioso saber cuánto te queda y cómo es el terreno que tienes por delante.

El río Jarama se hace grande a su paso por Velilla de San Antonio

Como siempre, estoy abierto a preguntas, sugerencias y comentarios. Si todo va según lo previsto, en breve espero pasarme de nuevo por aquí para contar un pequeño viaje de tres días que llevo meses anhelando… ¡Salud y pedales!



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