¡Cuenca, qué preciosa eres!: Tiempo de análisis
Antes de nada, un pequeño repaso a los datos globales:
- - Distancia: 245,14 km.
- - Desnivel acumulado: 3.903 m.
- - Tiempo total: 12h 37’ 20”
- - Velocidad media: 19,4 km./h.
- - Velocidad máxima: 58,2 km./h. (etapa 1)
Desde que atravesé una pequeña parte en Por el camino más largo, me prometí volver a la Serranía de Cuenca en cuanto fuese posible. Y al
final (casi) todo llega. Pero el recorrido es mucho más que el espectacular
tránsito por esta zona de bosques densos y llamativas formaciones rocosas que
conforman un paraje creo que muy poco conocido y reconocido. El track diseñado
permite, además, admirar una buena parte del rico y pintoresco patrimonio de la
ciudad de Cuenca; recorrer dos bonitas hoces (Huécar y Júcar); descubrir
rincones mágicos (Las Torcas o las Lagunas de Cañada del Hoyo); contemplar
lagunas, embalses y nacimientos de ríos; asomarse a miradores de vértigo, y, sobre todo,
disfrutar de largos tramos de soledad y
tranquilidad.
El impresionante mirador del Tío Cogote |
Por todo ello, puedo decir que esta ruta, diseñada con la
inestimable colaboración de mi buen amigo Joserra, es una de las más bonitas y
completas que he realizado hasta ahora. Aunque el calor me penalizó mucho en
determinadas fases del día, regresé a casa con la sensación de plenitud que
dejan las grandes experiencias.
La pintoresca laguna de Uña |
Porque además de bonito es un recorrido exigente a nivel físico,
ya que se acumula bastante desnivel. Hay largas subidas, duros repechos y zonas
en las que parece que no, pero sí… Eso sí, a nivel técnico apenas ofrece dificultades,
ya que el agónico tramo de empujabike entre Valdemoro-Sierra y Huerta del
Marquesado se puede salvar por carretera. Si alguien se mete por allí, ya está
avisado, eludo mi responsabilidad… 😅 Por lo demás, siempre puede haber algún paso
puntual, pero los tramos offroad son totalmente asequibles.
Empujabike del bueno |
Como ya he dicho, conviene huir de épocas de calor, porque
pese a ser zona montañosa, en las horas centrales, Lorenzo atiza sin compasión. Creo que un otoño un poquito avanzado en el que ya se denote el
contraste de tonalidades de la vegetación y una primavera húmeda en la que brote el agua por doquier serían los
momentos ideales. En cualquier caso, considero que es una zona de la que se puede
sacar partido en cualquier época del año, siempre y cuando las condiciones no
sean extremas.
Un bonito paredón en mitad de la Serranía de Cuenca |
Para terminar este apartado, dejo por aquí los enlaces a las
dos etapas en Wikiloc (el enlace a Strava se puede encontrar en la crónica de
cada uno de los dos días):
Día 1: Cuenca – Tragacete
Día 2: Tragacete – Cuenca
EQUIPAJE Y MATERIAL
Novedades escasas con respecto a otras rutas previas. Poco a
poco, voy ya cogiéndole el punto al equipaje y su oportuna distribución y, de
hecho, en esta ruta no tuve sensación de ir tan lastrado como en
ocasiones anteriores. Ahora, queda por ver si soy capaz de afinar de cara al
viaje de cinco días, porque ni es cuestión de llevar cosas de más ni de
quedarse corto y tener que soportar alguna incomodidad por obsesionarme con
limitar el peso.
Por cierto, sí que me gustaría reseñar que estoy muy
contento con la bolsa que llevo en la parte inferior del cuadro (una Topeak Midloaderde 4,5 L). Es tan simple como capaz. De hecho, esta vez logre meter en ella el
kit de herramientas y así no tuve que instalar otro portabidón. Yo, además de las correas que vienen, añado una extra para que no quede tan tirante y así proteger las costuras. Además, esa cincha siempre puede ser útil para otros
menesteres. No me patrocina nadie, pero por su relación calidad/precio, la recomiendo.
Posado de bolsas en un marco incomparable |
Y en cuanto a la bici, como siempre, contentísimo con su
manejabilidad y comodidad. En ese sentido, nada que decir. El tema son los
dichosos claj, claj, claj que van y vienen. Descartado ya que proceda del
pedalier, habrá que testar en próximas aventuras si es cuestión del pedal
izquierdo, que parece ser que andaba algo flojo… Veremos.
COMIDA Y ALOJAMIENTO
Cada vez tengo más claro que eso de meterme homenajes en
mitad de una ruta, por dura que sea, no va conmigo. Prefiero comer en pequeñas cantidades y de
forma más constante. Esta estrategia requiere llevar (o ir comprando), además de geles o
barritas, que acaban cansando, algún pequeño sándwich o bocadillo y, en mi
caso, por encima de todo, plátanos. Mi alimento favorito en estas jornadas. Cuatro
o cinco cada día suelen caer. Me gustan, me caen bien al estómago y me recargan
bastante las pilas.
Los plátanos, que nunca falten |
En esta ruta, por cierto, y como parte de un “plan” de
entrenamiento para futuros retos, me obligué a beber más de lo que acostumbro y
a ir siempre con sensación de ir bien cargado de agua. Además, para la mañana
del segundo día, eché en uno de los bidones uno de esos sobres de carbohidratos
y así fui rellenando el depósito de cara al resto de la jornada. Un acierto.
Como siempre, al terminar el día, intenté ser generoso en la
cena, pero entre lo que no me gusta (asquerosito que es uno), lo que
no puedo comer por culpa del gluten y lo que no me sienta bien, pues se
hace lo que se puede…
Un tramo interesante y sombrío, rumbo a Valdemoro-Sierra |
En cuanto a los alojamientos, una de cal y otra de arena. El
hostal de Cuenca, La Ribera del Júcar, francamente recomendable. Aunque tuve
que reservarle a última hora, porque el albergue al que iba a ir en principio no
tenía sitio para dejar las bicis, me resultó de precio aceptable (39 €) y muy
cómodo. Además, me dejaron subir la bici a la habitación y el chico de recepción
fue muy amable. En cuanto le dije que era sordo y a veces no me enteraba bien,
redobló esfuerzos para hacerse entender. Da gusto encontrar gente así.
Por su parte, en Tragacete, mala elección. Había varias opciones y el Ncantada Rooms me resultó decepcionante. Por 45 €, una habitación minúscula y calurosa, con una cama enana y bastante incomoda… Aunque la chica que me atendió en la cena fue muy amable, la verdad es que me fui con la sensación de que tenía que haber indagado un poco más y buscado una opción mejor y más económica.
Visto lo visto, me habría compensado más este alojamiento 😛 |
Y aunque en este viaje no hice el esfuerzo por mostrarme tan
ahorrador como otras veces, doy por más que bien empleados los 109 euros que me
gasté entre unas cosas y otras (sin contar la gasolina de ida y vuelta a Madrid).
Hasta aquí. Si nada se tuerce, en agosto llegará mi ya clásico viaje de verano (será la tercera edición). Igual me animo a escribir una previa. Ya veremos. ¡Mil gracias por pasar por daros una vuelta por este rincón!
Comentarios
Publicar un comentario